Los motivos de este Blog

La situación política y social en Cuba a partir del 23 de febrero de 2010 marca un antes y un después.
Un gobierno no pueder dejar que un ciudadano muera por inanición y malos tratos en prisión.
La muerte de Orlando Zapata Tamayo ha dejado al régimen castrista sin justificación alguna para perpetuarse en el poder, ha roto el entramado de cambios en las relaciones internacionales (como la Posición Común) y muestra que los viejos revolucionarios van a morir matando.
Cualquier aportación para conseguir que Cuba no se convierta en un baño de sangre, será fundamental.
Yo apuesto por una transición pacífica a la democracia y la economía libre. A ello dedicaré estas reflexiones.

viernes, 26 de marzo de 2010

La agenda política del régimen castrista

Cualquier otro régimen político que estuviera atravesando una crisis como la que actualmente afronta el castrista, probablemente se encontraría con dificultades para dar respuesta a los múltiples retos que se plantean, y tendría que abrir una etapa de transformación, evolución o transición.
Esto es lo que se deduce de la observación sistemática de otros procesos similares en períodos históricos anteriores o contemporáneos. La crisis abierta en Cuba es de tal magnitud que cada día que pasa, cada instante que el régimen pierde sin hacer los deberes, se agranda la diferencia entre lo posible y lo realizable, y más difícil será enderezar el rumbo cuando ya nada se pueda hacer.
Varios son los ejes de crisis que acechan al régimen, y éste, sin embargo, no parece percatarse de la gravedad de los mismos.
En el frente interno, la rebelión popular se ha desatado. Los mecanismos de represión, las turbas callejeras, el temor a la cárcel, las agresiones no han conseguido frenar la actitud cívica y ejemplar de grupos sociales decididos a que el régimen de respuesta activa a sus demandas pacíficas. Es el caso de las Damas de Blanco y sus protestas, con una creciente difusión, conocimiento y simpatía de sus actividades en amplios sectores de la sociedad. La actitud de los presos y disidentes en huelga de hambre por los derechos humanos, coloca al régimen en una posición muy difícil, y sus argumentos de “presos comunes o delincuentes a servicio de Estados Unidos” no justifican el desprecio por la vida de forma tan miserable.
En el frente externo, unido a los graves problemas económicos de financiación que limitan y condicionan cualquier negociación internacional, los apoyos de la Unión Europea se han venido abajo, tras enterrar definitivamente Moratinos su intento de modificar la Posición Común. Obama, una vez superada la prueba interna de la reforma de la sanidad, ha vuelto a exigir al régimen castrista pasos decididos en materia de derechos humanos y libertades. Los cubanos del exilio, unidos en protestas a favor de las Damas de Blanco, consiguen despertar el apoyo y la simpatía de sectores cada vez más amplios de la opinión pública internacional. Las firmas de dirigentes y destacados próceres de la izquierda contra el crimen de estado cometido en Cuba con Orlando Zapata, arroja al régimen castrista en manos de sectores políticos minoritarios y radicales, complicados compañeros de aventura política.
Si la pinza interna y externa se cierra, hay que preguntarse qué es lo que lleva al régimen castrista a cerrarse en banda y no aceptar la acumulación de anomalías y problemas que exigen cambios. El ejemplo lo tenemos con el proceso electoral abierto en la Isla con vista a las elecciones a las asambleas del poder popular municipal del 25 de abril , que parece alejado de cualquiera de estos asuntos a los que se ha hecho referencia. La actuación institucional del castrismo se limita a condenar a cualquiera que se atreve a cuestionar su poder omnímodo, y asimilar sus actuaciones a algún tipo de vinculación con la CIA o la política de EEUU dirigida a desestabilizar la situación en Cuba.
Nada más alejado de la realidad. Desde el pasado 23 de febrero, cuando Orlando Zapata moría de huelga de hambre en una cárcel castrista, nada ha vuelto a ser igual. El régimen no solo da muestras de incapacidad para ordenar los asuntos internos en materia económica, acción que resulta fundamental para mejorar las condiciones de vida de la población, sino que actúa de forma deleznable a la hora de garantizar que uno de sus ciudadanos en prisión no pierda la vida. Muchos analistas se preguntan qué es lo que hace falta para que en Cuba se produzca una rectificación, una decisión valiente de aceptar el fracaso, los graves errores cometidos y asumir responsabilidades. Los cambios de puestos en la administración vienen a representar movimientos de piezas para asegurar un mayor control del poder, o una venganza directa y personal de Fidel Castro, como en el caso de Lage y Pérez Roque.
A diferencia de otras dictaduras, la ausencia de familias políticas visibles o sensibilidades dentro de la oficialidad cubana, sobre todo por el temor al desplazamiento de las prebendas del poder, no resulta posible identificar agentes dispuestos a liderar y movilizar los cambios que necesita el país. Me resisto a pensar que todo, absolutamente todo, depende de la muerte de los Castro. Entonces, tal vez sea demasiado tarde para reconducir el desastre.
Las condiciones para un cambio son evidentes y desde el pasado 23 de febrero, el régimen cuenta con algunos medios para hacerlo. Puede liberar a los presos políticos dejando sin efecto sus condenas y autorizando la actividad de asociaciones y organizaciones de la disidencia. Puede identificar organizaciones políticas con las que iniciar un diálogo sobre cambios, derechos humanos y libertades en condiciones de igualdad. Puede reconocer que derechos de propiedad y economía de mercado son necesarios para sacar a la economía cubana de su actual postración. Puede apostar por la liberalización de la información abriendo espacio a algún medio de comunicación alternativo que rompa la hegemonía de la prensa oficial cubana. Puede asumir que la vía hacia la democracia es una cuestión de diálogo, negociación política y apertura, ejes sobre los que se puede construir una sociedad mucho mejor, más libre, justa y capaz de mejorar de forma continúa las condiciones de vida de todos los ciudadanos.


Tomado de
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=26793

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