El régimen castrista, más aislado que nunca, ha concentrado ahora sus ataques en el líder del PP, Mariano Rajoy, mostrando así el interés por situar a Cuba como eje de la contienda política en España. La agencia oficial cubana Prensa Latina calificó el pasado viernes, unas declaraciones en Colombia del líder de la oposición española, Mariano Rajoy, como que "pertenecen a la época de las cavernas o la inquisición", según la agencia EFE.
Esta vez, el vocero castrista, a través de Prensa Latina ha sido el embajador de Cuba en Colombia, Iván Mora Godoy, que también calificó de "ofensivas e injerencistas" las palabras del presidente del Partido Popular español (PP) durante su visita a Colombia para reunirse con Uribe.
De acuerdo con la agencia Prensa Latina, Mora volvió a utilizar el guión que se viene aplicando de forma jerárquica por todos los que tienen algo que decir desde Cuba, empezando por Bruno Rodríguez, ministro de exteriores. Este guión, ahora se adapta para criticar al dirigente del PP, y de acuerdo con Mora, “Rajoy no menciona, sin embargo, dónde realmente se violan los derechos humanos, como en Afganistán e Irak, países invadidos militarmente por Estados Unidos, o en Palestina, cuyo pueblo es masacrado a diario por las tropas israelíes, y mucho menos la base de Guantánamo".
¿Tendremos mucho que esperar para que Zapatero salga en defensa de Rajoy? ¿Saldrá, nos podemos preguntar? Sería lo más adecuado. No conviene perder de vista que desde La Habana se está atacando, sin más, la política exterior de España, que es la seguida por Moratinos y Zapatero. Por lo tanto, algo tendrán que decir. España, al igual que el concierto de naciones democráticas de occidente, liderado por EEUU, ha apoyado la reconstrucción democrática de países como Afganistán e Irak, entregados al dominio de las hordas talibán y a un dictador despreciable.
El esfuerzo en vidas humanas y recursos económicos ha sido encomiable, pero ha valido la pena. En Palestina, España viene realizando una acción exterior muy destacada desde los gobiernos de la transición, y ningún comunista cubano tiene derecho a cuestionar la política española en la región. En cuanto a Guantánamo, muchos cubanos han sacrificado sus vidas por intentar cruzar el cinturón minado que el régimen ha creado alrededor de la base de EEUU para evitar fugas en busca de la libertad. Luego, el gobierno español tal vez debería exigir una rectificación, ¿no?
Luego, la segunda parte de las declaraciones del embajador Mora, ya no tienen desperdicio, y pertenecen al desequilibrio mental y la psicosis estructural del castrismo, cuando dice textualmente "Cuba es un estado de derecho donde se respeta a las personas y en ningún casos esos contrarrevolucionarios al servicio de una potencia extranjera resultan un bastión de los derechos humanos, como se les pretende presentar".
Primero, el castrismo no representa en Cuba un estado de derecho, sino una dictadura repugnante en la que un partido único, una ideología única, un gobierno único impuestos a la fuerza por un dictador hacen inviable el pluralismo democrático, la competencia partidista y la libre expresión democrática.
Segundo, “contrarrevolucionarios al servicio de una potencia extranjera”. Pero, ¿Cuántos años llevamos escuchando este mismo calificativo a los que se sienten libres y quieren serlo en la jaula castrista. Es un insulto a la inteligencia de los demócratas y un grave peligro para los que piden para Cuba lo mismo que en el resto de países del mundo.
El respeto a los derechos humanos, tal y como los entendemos en Occidente, deja mucho que desear en Cuba. Presos políticos y opositores al régimen son calificados, como “delincuentes que han sido juzgados por violar la legislación cubana, por cometer delitos comunes y recibir pagos al servicio de intereses ajenos al estado cubano", sin entrar en razón. Nuestra responsabilidad, desde países democráticos como España, es denunciar esta situación y tratar, por todos los medios, de abrir espacios para la competencia política y el respeto a la pluralidad, en una sociedad harta de tanto engaño.
domingo, 21 de marzo de 2010
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