Los motivos de este Blog

La situación política y social en Cuba a partir del 23 de febrero de 2010 marca un antes y un después.
Un gobierno no pueder dejar que un ciudadano muera por inanición y malos tratos en prisión.
La muerte de Orlando Zapata Tamayo ha dejado al régimen castrista sin justificación alguna para perpetuarse en el poder, ha roto el entramado de cambios en las relaciones internacionales (como la Posición Común) y muestra que los viejos revolucionarios van a morir matando.
Cualquier aportación para conseguir que Cuba no se convierta en un baño de sangre, será fundamental.
Yo apuesto por una transición pacífica a la democracia y la economía libre. A ello dedicaré estas reflexiones.

lunes, 22 de marzo de 2010

El proceso electoral cubano: ¿democrático?

La periodista de Granma Susana Lee vuelve de nuevo a elaborar un artículo sobre el proceso electoral abierto en Cuba el pasado 24 de febrero, que debe conducir a la conformación de los órganos del poder popular municipal el próximo 25 de abril. Y le agradecemos que nos proporcione esta información porque, al menos desde los órganos de poder del castrismo, nadie ha dicho una sola palabra hasta ahora.
De momento, la periodista considera que la campaña previa para la nominación de candidatos se puede calificar como “un buen anticipo para las elecciones del 25 de abril”, y de hecho así es como da título a su artículo, cuyo contenido paso brevemente a comentar.
Desde hace unas semanas, el sistema electoral cubano está moviendo en decenas de miles de “asambleas” nocturnas de barrio, calle y en casi todos los casos, de una representatividad democrática muy dudosa y limitada, a centenares de miles de ciudadanos para nominar a los candidatos que, según dicen, “desde el pueblo”, vayan a concurrir a los puestos en las asambleas del poder popular el 25 de abril. Precisamente, este proceso previo finaliza el día 24 de marzo, habiendo estado en funcionamiento más o menos un mes. Algunos datos merecen ser especialmente analizados.
Un destacado aumento del número de mujeres nominadas, casi un 20% respecto de las elecciones de 2007, se puede considerar un dato positivo. Observando el poco respeto que el régimen castrista ha ofrecido a las Damas de Blanco en sus protestas cívicas en las calles de La Habana, el hecho que el número de mujeres nominadas para ocupar cargos políticos vaya en aumento, tiene que ser positivamente valorado. A ver si se aplican, y a las Damas de Blanco les dan, a partir de ahora, el mismo respeto.
Esa creciente participación de la mujer en la vida política del régimen castrista es una tendencia que ya hemos venido observando en análisis anteriores y que también se produce en otros países. El partido único se está auto transformando para dar respuesta, dentro del sistema, a las demandas de una sociedad convulsa y en proceso de transición.
La creciente presencia femenina en la política cubana es un dato positivo que puede apuntar a un espacio de diálogo y negociación más activo que con las generaciones de hombres que se han limitado a obedecer y ejecutar complacientemente las órdenes del poder único.
También hay que preguntarse cuántas mujeres, con capital político real y representatividad, han acompañado a los hermanos Castro desde los tiempos “heroicos” de Sierra Maestra, y la evidencia permite constatar que estamos ante un régimen político "machista", además de marxista, en el que la participación de la mujer en la vida política ha sido de mera comparsa, instrumento de agitación cuando ha sido conveniente.
Buena noticia es que aumente el número de mujeres nominadas. La probabilidad de que sean finalmente elegidas, dentro de este complejo e intrincado proceso electoral ideado por los Castro para trasladar una sensación de normalidad al exterior, es elevada, pero si se tiene en cuenta cómo se dirige todo en la Isla, cualquier cosa puede suceder. De momento, 12.000 mujeres nominadas es una cifra más que representativa de que la mujer, en Cuba, pide paso y con fuerza.
Por el contrario, mala, muy mala noticia es que el 60% de los antiguos cargos “repiten”. Seguro que Susana Lee se ve obligada a valorar este dato como positivo, haciendo referencia a que los electores han otorgado una valoración positiva a su gestión, compromiso, dedicación, etc, etc; pero, desde mi punto de vista, es muy negativo y poco esperanzador, por cuanto supone de continuidad.
Como poco, significa que se mantienen en los cargos los mismos representantes, en su mayoría, vinculados al entorno del partido único y de la ideología única, lo que representa de inmovilismo, parálisis e inadaptación a los retos del cambio que debe emprender la sociedad cubana cuanto antes.
Dato positivo es saber que el otro 40% parecen ser “nuevos”, sin haber tenido cargos en el pasado, y que previsiblemente son los que deben coincidir con el perfil de mujeres y jóvenes, que hemos valorado de forma tan positiva.
El proceso electoral cubano, que no tiene desperdicio y que, conforme vamos obteniendo más información sobre sus características no sólo nos asombra cada vez más, sino que podemos obtener conclusiones respecto de su pretendido carácter “democrático”, como sostienen las autoridades del régimen, continúa a partir de ahora con la publicación de las biografías, fotos y perfiles personales de los candidatos nominados. Una especie de “campaña electoral” rudimentaria, mezcla explosiva de “Menin Rimbao” chino callejero y de no se sabe bien qué.
Algunas dudas surgen de forma inmediata; pero, ¿no eran conocidos por los electores que los han seleccionado en las asambleas? ¿Por qué ahora tienen que darlos a conocer otra vez? ¿En base a qué determinante del voto se ha producido la elección de los nominados que acaba el 24 de marzo, o sea, pasado mañana?
Seguiremos prestando atención al “proceso electoral” cubano hasta las elecciones del 25 de abril.

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