Los motivos de este Blog

La situación política y social en Cuba a partir del 23 de febrero de 2010 marca un antes y un después.
Un gobierno no pueder dejar que un ciudadano muera por inanición y malos tratos en prisión.
La muerte de Orlando Zapata Tamayo ha dejado al régimen castrista sin justificación alguna para perpetuarse en el poder, ha roto el entramado de cambios en las relaciones internacionales (como la Posición Común) y muestra que los viejos revolucionarios van a morir matando.
Cualquier aportación para conseguir que Cuba no se convierta en un baño de sangre, será fundamental.
Yo apuesto por una transición pacífica a la democracia y la economía libre. A ello dedicaré estas reflexiones.

lunes, 3 de mayo de 2010

Las Damas de Blanco y su aportación a la democracia

Que las Damas de Blanco puedan realizar sus protestas por las calles de la Habana, sin la interferencia molesta y criminal de las turbas castristas, es una buena noticia. No seré yo quien no reconozca que esta es una muy buena ocasión para celebrar. Que este conjunto de mujeres puedan ejercer libremente su derecho a exigir al gobierno castrista la liberación de sus familiares, presos injustamente por el delito tipificado en Cuba de pensar de forma diferente al poder tiránico, es también una buena noticia.
Sin embargo, hay que ser muy prudentes. Otra cosa es que nos lancemos, de forma inmediata, a agradecer al régimen dictatorial por esta acto magnánimo que vuelve de nuevo a reflejar la triste realidad de lo que significa el castrismo: un órgano de poder reducido y que se resiste al abandono, y una masa de ciudadanos sin libertades, que carecen de cualquier protección elemental de sus derechos y que deben someterse a la pesada carga de la ideología única, del partido único y del líder único durante más de medio siglo. Los derechos humanos más elementales, de libertad de expresión, siguen vetados en una Isla en la que todo se sacrifica a unos objetivos revolucionarios en los que nadie cree ya. La presión sobre el gobierno es más necesaria que nunca porque se ha mostrado que es la única vía para abrir espacios en los que ejercer la libertad.
Habrá que esperar un tiempo antes de valorar este principio de acuerdo entre los representantes del gobierno castrista y la Iglesia católica cubana. No me cabe la menor duda que mientras viva Fidel Castro, mientras su presencia se siga dejando sentir en forma de esa combinación fatal de miedo, represión y violencia, en cualquier momento pueden volver a saltar las turbas revolucionarias a golpear, escupir e insultar a las pacíficas Damas de Blanco. Y eso, por desgracia, puede volver a suceder, así que mantengámonos atentos.
De lo que no cabe duda es que algo se mueve en la Isla. La administración vinculada a Raúl Castro parece menos dogmática que la que cultivó y fomentó su hermano, y que la distancia de éste con el poder, ha permitido un cierto relajamiento que, en concreto, significa que las Damas de Blanco van a tener autorización para manifestarse por La Habana. Los pasos, insignificantes, vienen a mostrar que el régimen puede llegar a dialogar y entenderse con otros sectores sociales que se mantienen a cierta distancia, como el que representa la Iglesia, cercada durante medio siglo en su capacidad de acción, pero que vuelve de nuevo a mostrar una extraordinaria capacidad para actuar en defensa de la dignidad democrática y a favor de los oprimidos por la tiranía castrista. Hay que reforzar la presión y ahora, más que nunca, debemos unir esfuerzos en el exterior para que el gobierno comunista se sienta más sólo y más aislado.
La cuestión es que las Damas no van a recibir atención mediática alguna, y que para la mayoría de la población residente en la Isla la protesta de estas mujeres, ejemplares en su ética y dignidad democrática será desconocida, sin que se produzca la solidaridad que cabe esperar entre iguales. Tampoco creo que resulte fácil que se autoricen marchas silenciosas en otras ciudades de la Isla, o que se acerquen las protestas a las prisiones donde se encuentran los disidentes detenidos desde 2003. Los espacios para el ejercicio de las libertades democráticas en Cuba son prácticamente imposibles, y cuando se abre alguno, como en esta ocasión, el miedo, la represión silenciosa, la delación, terminan por generar esa parálisis terrible que es la enfermedad más grave de la sociedad cubana.
En cualquier caso, este acuerdo entre el régimen y la Iglesia viene a confirmar, por último, que la situación interna en la Isla no es la mejory que, de acuerdo con las previsiones formuladas por diversos analistas, en cualquier momento un estallido social se puede convertir en el instrumento impulsor de los cambios. Nadie quiere un baño de sangre en Cuba como final de una de las etapas más oscuras de su historia. Esta iniciativa puede suponer un paréntesis, o en el mejor escenario posible, un punto y aparte. Pero creo que es pronto para obtener conclusiones. A dos meses escasos de la muerte en prisión de Zapata, al que siempre recordaremos porque ha sido, no me cabe la menor duda, el punto de inflexión de todo este proceso al que ahora se asiste, y el régimen, sin recursos económicos y más aislado que nunca en sus apoyos internacionales, se acoge a cualquier solución para hacer lo de siempre: ganar tiempo.

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