Los motivos de este Blog

La situación política y social en Cuba a partir del 23 de febrero de 2010 marca un antes y un después.
Un gobierno no pueder dejar que un ciudadano muera por inanición y malos tratos en prisión.
La muerte de Orlando Zapata Tamayo ha dejado al régimen castrista sin justificación alguna para perpetuarse en el poder, ha roto el entramado de cambios en las relaciones internacionales (como la Posición Común) y muestra que los viejos revolucionarios van a morir matando.
Cualquier aportación para conseguir que Cuba no se convierta en un baño de sangre, será fundamental.
Yo apuesto por una transición pacífica a la democracia y la economía libre. A ello dedicaré estas reflexiones.

martes, 15 de junio de 2010

Moratinos, la Posición Común y el castrismo raulista

Moratinos quería eliminar la Posición Común que rige las relaciones de la Unión Europea con la dictadura castrista, pero no lo consiguió. En cambio, hay que reconocer su perseverancia, y así, al término de la reunión de los veintisiete del lunes por la tarde, consiguió un aplazamiento hasta septiembre del debate sobre la continuidad de esa norma que fija la política europea hacia Cuba.
La tesis de Moratinos es de que en Cuba han comenzado cambios que es preciso preservar y potenciar.
Atribuye el liderazgo de los cambios a la Iglesia católica, que ha sido capaz de arrancar al régimen castrista la libertad de algún preso político en deteriorado estado de salud y el acercamiento de otros presos a cárceles próximas a sus domicilios. Moratinos considera que una postura favorable de la Unión Europea podría fortalecer las bases del diálogo de la Iglesia con el régimen. Y para ello, no se le ocurre nada mejor que esperar tres meses.
No es bueno, sobre todo en la gestión de los asuntos diplomáticos, confundir los intereses políticos con la estrategia de un país. Moratinos ha desarrollado toda una acción exterior en relación con la Posición Común hacia Cuba que tiene una justificación política de doble índole.
De un lado, la obsesión con poner fin a toda la política desarrollada por el PP durante su etapa de gobierno. La Posición Común lo es. Posiblemente el último reducto de aquella época que los socialistas han intentado borrar de la realidad política como si no hubiera existido. Al hacerlo así, flaco favor hace a los cubanos que desean la libertad y la democracia, cuya única aspiración es ver conseguido ese sueño en la realidad.
De otro lado, el objetivo, también en clave interna, es frenar el voto a IU, situado actualmente en el 7,5% y que las encuestas indican con tendencia alcista. La hipótesis de que es posible atraer votantes de este espectro ideológico hacia el PSOE utilizando con habilidad el régimen castrista es otro error. Desde hace tiempo, la izquierda española ha dado la espalda a la pesadilla castrista. La condena es unánime.
Por este motivo, Moratinos ha tenido que dibujar ante los 27 de la Unión un escenario fantástico sobre la realidad del raulismo castrista que consiste en afirmar que en la Isla se vive una nueva etapa, que es preciso consolidar los avances que se han ido produciendo y que hay que dar tiempo antes de tomar una decisión sobre la Posición Común. Los aliados europeos no se lo creen del todo. Han dado muestras de estupefacción ante este cuento de navidad con que Moratinos les ha obsequiado. Lo cierto es que, tal y como informan las cancillerias europeas en La Habana, en el régimen castrista la represión se mantiene al mismo nivel, si cabe peor que antes, ante la grave situación económica que atraviesa el país, sin que aparezca indicio alguno de respeto a los derechos humanos, libertades democráticas o pluralismo político. Las últimas elecciones a las asambleas del poder popular han sido un ejemplo del monopolio del régimen en los candidatos elegidos.
Moratinos también sostiene que los avances producidos, de carácter humanitario, pueden retroceder en cualquier momento. Y en la Unión piensan que ¿qué más tiempo? cuando ya han pasado 51 años sin cambios en la Isla.
Yo considero que todo esto se va a ir al traste. Por fortuna, la presidencia española de la Unión termina dentro de muy pocos días, y el criterio de Moratinos será el de uno más. Tiene a varios adversarios delante que no se creen sus monsergas, adversarios difíciles que ganarán peso con la presidencia rotatoria de Bélgica que comienza el día 1 de julio: Alemania, Suecia, Francia, República Checa o Reino Unido no van a mostrarse muy favorables a mejorar las relaciones con la dictadura castrista, sea cual sea el balance en septiembre.
Por último, solo recordar que en diplomacia no es conveniente convertir en "reto personal" objetivo alguno. Esa idea de Moratinos de que derribar la Posición Común es un reto personal es equivocada y le puede salir muy mal. Tan mal que su jefe, el presidente Zapatero, el que le ha empujado a esta situación insostenible de no retorno, puede acabar cesándolo en la crisis de gobierno que todos los analistas anticipan en España para el mes de julio antes o después del debate del estado de la Nación.
Entonces Moratinos podrá descansar durante el largo y plácido verano español, alejado de la tensión de los asuntos diplomáticos, pero en el castrismo raulista, lo más seguro es que, en contra de lo que él piensa que va a suceder, se siga persiguiendo a la oposición, deteniendo a personas inocentes y fortaleciendo los mecanismos de represión. Pero entonces, ciertamente, a Moratinos, ¿qué le va a importar Cuba y la Posición común...?
A propósito, ¿se han dado cuenta de que esta vez no ha salido ningún representante del régimen atacando a la Unión Europea o rajándose las vestiduras por lo acordado en Bruselas el lunes...? ¿también lo tendrá pactado Moratinos?

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