Los motivos de este Blog

La situación política y social en Cuba a partir del 23 de febrero de 2010 marca un antes y un después.
Un gobierno no pueder dejar que un ciudadano muera por inanición y malos tratos en prisión.
La muerte de Orlando Zapata Tamayo ha dejado al régimen castrista sin justificación alguna para perpetuarse en el poder, ha roto el entramado de cambios en las relaciones internacionales (como la Posición Común) y muestra que los viejos revolucionarios van a morir matando.
Cualquier aportación para conseguir que Cuba no se convierta en un baño de sangre, será fundamental.
Yo apuesto por una transición pacífica a la democracia y la economía libre. A ello dedicaré estas reflexiones.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Los ex presos políticos en Valencia: una nueva vida

Esta tarde he ido a recibir a Blas Giraldo y su familia a su nueva ciudad Cullera, una población cercana a Valencia capital, en la que ya se encuentra viviendo el doctor García Paneque. También él vino al punto de encuentro, y por supuesto Toni Díaz que reside en la ciudad de Alzira, próxima a Cullera, en la comarca valenciana de la Ribera.
Hemos tenido ocasión de charlar un buen rato esperando el autocar que traía de Madrid a Giraldo. Un rato antes, había ido a visitar al doctor García Paneque en su nueva residencia enfrente del embarcadero de Cullera, un sitio pintoresco junto a la ribera del Xúquer, el gran río que junto al Turia dan a la huerta de Valencia esa imagen tan fresca y verde que todos conocemos.
En la conversación con el doctor García Paneque le he visto muy contento y entusiasmado con sus planes de trabajo que, por cortesía, no voy a desvelar, pero que creo van muy bien encaminados para su actividad política. Desde que le conocí en la estación de Renfe de Valencia, hasta hoy, ha mejorado su peso, se le ve más relajado y su salud, deteriorada por las duras condiciones de la prisión castrista, se ha recuperado. También me interesé por el estado de salud de su padre, y tomé un buen café cubano servido por su madre. Estar con esta familia cubana me transporta a mi infancia en Cuba y me hace sentirme especialmente bien. Gente sencilla y chévere, que me proporcionan el sentimiento de familia unida, un buen ambiente en el que nadie puede sentirse excluido. En cualquier casa donde vivan cubanos, es fácil obtener esa sensación.
Después nos hemo ido a recibir a Blas Giraldo junto a Toni Díaz que vino de Alzira para la recepción. También estaban en el grupo otros cubanos residentes en Cullera: la solidaridad siempre por delante. Estuvimos un buen rato esperando, pero lo pasamos muy bien, hablando de las cosas que vienen: la celebración del día de la Caridad del Cobre, una cena de hermandad en un restaurante cubano de Alzira, la eventual llegada de otros ex presos a Cullera en los próximos días.
Para todo estamos preparados y dispuestos a compartir lo mejor de nuestra capacidad y dedicación. Esta gente lo merece. Ahora es fácil comprender por qué la mediocridad del régimen comunista los persigue, los acosa y los encarcela. Esta gente, que ronda la cuarentena, han vivido en las entrañas del monstruo, lo conocen bien, pero se niegan a aceptar sus tentáculos y la cárcel en que se ha convertido Cuba. Son un ejemplo de ética, dignidad y compromiso, frente al servilismo que exigen los hermanos Castro. Su ejemplo nos reconforta. Ojalá vengan más a Valencia. Los acogeremos de todo corazón.

miércoles, 11 de agosto de 2010

La visita de las socialistas españolas a Cuba: ¿turismo o estrategia?

El viaje de las dirigentes del PSOE, Leire Pajín y Elena Valenciano a Cuba este mes de agosto, parece ir conformando una estrategia del socialismo español para relacionarse con la dictadura comunista de los Castro, que llama poderosamente la atención.
Tal y como se desprende de algún comunicado emitido, la visita a la Isla tiene como objetivo “analizar los cambios”, pero al mismo tiempo se señala que no habrá reunión alguna con los disidentes y opositores.
Conviene recordar, en primer lugar, que este planteamiento estratégico es el mismo que ha venido desarrollando desde hace años el ministro Moratinos quién, en sus numerosos viajes a la Isla, y reuniones con diplomáticos y dirigentes de la dictadura, jamás ha mostrado el menor interés por mantener relaciones cordiales y fluidas con los disidentes y opositores del régimen.
Sin embargo, Moratinos siempre ha insistido en que su deseo es promover cambios en Cuba, y que sea realmente el pueblo cubano el que decida a dónde quiere llegar. En ese papel de observador activo, que parece querer reservarse el socialismo español, también se incluyen las gestiones con la Iglesia católica para asegurar un traslado rápido a España de los presos políticos que acepten el destierro, fundamentalmente por razones humanitarias.
Me encuentro entre quienes piensan que la solución a los problemas políticos de Cuba no será fácil. Y, además, ahora con el retorno de Fidel Castro a la escena cotidiana del régimen, la búsqueda de una salida para el embrollo creado por el sistema de la dictadura, va a resultar especialmente problemática.
Sin embargo, el socialismo español, que vivió en sus carnes de forma directa, la represión del franquismo, que fue hostigado y perseguido hasta prácticamente su eliminación, y que sabe mucho de transformaciones políticas para conectar con la realidad, como en Suresnes, no está dando muestras de hacer todo lo posible por conseguir el objetivo último de una Cuba democrática. Sinceramente, pienso que ha escogido un papel, por otra parte legítimo, que le lleva a un camino sin retorno, a un escenario de indefinición en el que no van a encontrar aliados en ninguna de las partes en conflicto.
Ya se ha podido observar algo al respecto. El rechazo de la Unión Europea a la modificación de la Posición Común, pretendida por el ministro Moratinos, es absolutamente comprensible desde la perspectiva de naciones democráticas que muestran una lógica repugnancia hacia una dictadura que mantiene intacta su capacidad de reacción, represión ideológica y acoso a los disidentes y opositores. Ya se verá en septiembre, pero mi opinión es que los últimos acontecimientos no otorgan margen alguno para facilitar una solución negociada por las partes. Los ex presos políticos que han llegado a España han mostrado su total apoyo al mantenimiento de la Posición Común, y algunos, incluso, han solicitado asilo político a las autoridades.
Y es precisamente ese escenario de inmovilidad el que más beneficia a la dictadura. Que las cosas sigan como están. En la mente de los castristas, radica la idea, éticamente irresponsable, de que son ellos los que tienen la razón, y que sean los otros quienes acepten nuestra catadura moral de represores políticos. Ese planteamiento, para una democracia solvente, como la que existe en todos los países de la Unión Europea, simplemente no es aceptable.
Por eso, los viajes “turísticos” a Cuba de la dirigencia socialista española están bien y pueden servir para algún reportaje fotográfico en este mes de agosto, pero no conviene olvidar que existen otros problemas mucho más importantes a resolver, que están pendientes y que será necesario acometer cuanto antes.
Propongo una visita a Banes, por ejemplo, para tratar de romper el cinturón de represión que impide a la madre de Orlando Zapata asistir pacíficamente a misa. O, por ejemplo, girar una visita a alguna de las cárceles del régimen para comprobar cómo funciona la política penitenciaria del castrismo. E incluso, para hacerlo más fácil, una reunión de trabajo con los principales dirigentes de los grupos opositores y de la disidencia interna en la que seguramente obtendrán información del aumento experimentado por la represión desde la reunión de la Asamblea Nacional. No incluir alguna de estas actividades, no es más que “turismo”, sin más. Que no les llueva mucho…

lunes, 9 de agosto de 2010

La juventud cubana, el Festival Rotilla de rave y el discurso de Fidel Castro

Los comunistas cubanos deben tener un desasosiego feroz. Y es que todos los días llegan noticias de Cuba que apuntan a que las cosas han alcanzado un grado de presión que ya nada, ni nadie, por fortuna, puede hacer cambiar el curso de la historia que, por suerte, no es otro que el cambio.
Hay pocas veces en la vida que uno tiene la suerte de observar cosas en Cuba que van en esa dirección, y no son reprimidas violentamente por el régimen. Un sistema político cuya única obsesión es controlar y eliminar cualquier fórmula de disensión que suponga una ruptura o una alternativa contra el modelo de uniforme verde oliva de Fidel Castro. Esa ideología absurda que todo lo empapa y que ha convertido al país en un estanco de pobreza, miseria e ineficiencia.
Pero es que los jóvenes vienen pisando fuerte. Se suele afirmar que la juventud es la esperanza del futuro, y en el caso de Cuba, no iba a ser menor. Un ejemplo lo hemos tenido este mismo fin de semana, y a él quiero referirme en este breve comentario.
Sucede que, mientras que Fidel Castro obligaba al denominado parlamento cubano, que tiene muy poco de democrático y mucho menos de parlamento, a escuchar su aburrido discurso deshilvanado, sobre una posible guerra nuclear, la amenaza del imperio y otras monsergas, a la vez que mostrar su desautorización a lo que el hermano día sí, día no, trata de organizar, en Jibacoa, una bella playa al este de la ciudad de La Habana, 15.000 jóvenes cuya edad media les podría situar fácilmente en nietos y bisnietos de la caduca gerontocracia que dirige el régimen comunista de Cuba, se reunían en una fiesta “rave” alternativa, es festival Rotilla, de esas que pululan en el verano español y de cualquier país occidental.
Esta es, no me cabe duda, una magnífica noticia. Que una cifra de esta magnitud, el pasado año fueron 10.000, asista a una fiesta durante todo un fin de semana tan importante para el dictador y su mensaje ante la Asamblea Nacional, pasando olímpicamente de toda la sarta de estupideces y tonterías que pronuncia Fidel Castro, es una noticia muy importante, yo la califico como sensacional.
Se sabía que los jóvenes cubanos han dado la espalda a las consignas revolucionarias y son un frente de contestación a la ideología del siglo pasado que dirige el destino de aquella Isla, pero nunca pudimos imaginar que fueran a llegar tan lejos.
Ciertamente me gustaría que resonaran en mis oídos los ecos de la música rave de Jibacoa. He tenido la oportunidad de leer en El Nuevo Herald, los testimonios de algunos de los muchachos y muchachas que asistieron a la fiesta. Me temo que Fidel Castro tiene ya poco que decir a toda esta gente magnífica que son los jóvenes cubanos. Muy poco que aportar con su eterna verborrea de la guerra fría y de los enemigos del imperio o el embargo. Y, para esos jóvenes cubanos cuyos padres están en muchos casos resignados a un sistema al que cuestionan abiertamente siempre que pueden, este viejo dirigente ya está amortizado.
Ni representa el momento actual ni mucho menos el futuro. Esos jóvenes cubanos están más cerca de sus vecinos del norte, o de los españoles de su misma edad, que de los comunistas disciplinados que soñaban ser como ese asesino llamado El Che.
Me alegro. Es la mejor forma de morir. Es desaparecer sin dejar huella. Es, como en aquella escena de la película Guantamera, el efecto que tiene la lluvia torrencial y caribeña sobre las cosas. Así va a desaparecer el comunismo en Cuba. Al ritmo del rave en Jibacoa. Por cierto, una playa a la que me llevaban mis padres cuando era pequeño y a la que, por supuesto, me gustaría regresar en una Cuba libre y democrática. Allí mismo, al festival de “rave”.

domingo, 8 de agosto de 2010

Un análisis de la intervención de Fidel Castro ante la Asamblea nacional

La intervención de Fidel Castro ante la Asamblea Nacional de Cuba tras 4 años de silencio impuesto por una grave enfermedad no es un acontecimiento intrascendente. En los cerca de 15 minutos que habló ante los miembros del denominado parlamento cubano, el dictador visiblemente recuperado en su salud, pero con síntomas evidentes de las dolencias padecidas, expuso una serie de ideas que hay que analizar con detalle.
Para empezar, y por vez primera, el espectáculo fue transmitido en directo. La primera parte por la CNN, que sigue haciendo su trabajo para difundir la información generada dentro del régimen. Después por Cubavisión, básicamente por si se producía algún incidente inesperado. Todo salió bien. Castro aguantó de pie el tirón, y consiguió con ello, varias cosas.
Primero, culpar al presidente de EEUU de todos los males del mundo, incluso de una eventual e imposible guerra nuclear, a la que se aferra de tal modo en los últimos tiempos, que se ha convertido en una sublime obsesión para alguien que siempre denostó los boleros de su tierra.
Segundo, para olvidarse completamente de la grave situación interna de la economía cubana. Ni una sola palabra para hacer referencia a la quiebra total del sistema político, económico y social creado por él hace 51 años, y que su hermano se esfuerza por sacar a flote.
Tercero, ni un sólo reconocimiento a su hermano Raúl por la gestión que está realizando de la economía y la política, lo que se puede interpretar como una crítica velada para esgrimir argumentos más contundentes dentro de poco tiempo. En cualquier caso, Fidel Castro está lanzando un aviso a navegantes: ¡he vuelto! y no saben con qué ganas.
Cuarto, las cosas que dice. Una vez más rozan la hilaridad y al mismo tiempo, la gravedad. Como poner en boca suya comentarios de asesores de Obama. Vamos, si yo sfuera el presidente de EEUU me andaría con cuidado, debe tener infiltrados más espías de los que parece. Hacen bien de mantener la red avispa bajo prisión.
Quinto, la tardanza de Chávez en hablar. A nadie le extraña que el venezolano no haya dicho ni mu hasta ahora del discurso de su padre político. ¿Es que acaso la quiebra de PDVSA, le supone mucha más preocupación que comprar los votos de los que viven en las zonas más pobres del país, con las legiones de médicos y maestros cubanos?
Todo está resultando muy confuso. Dudo que los asistentes a la Asamblea Nacional se hayan ido tranquilos, como otras veces. La desautorización a Raúl Castro ha sido muy explícita, y en este nuevo escenario que se abre en el castrismo, con Fidel más fuerte que nunca y dispuesto a dar guerra, cualquier cosa puede ocurrir.
En lo único que pienso en estos momentos es el grave peligro que corren los disidentes, opositores y, sobre todo, presos políticos que permanecen en Cuba. Fidel Castro será mucho más duro que su hermano, y va a exigir públicamente mas represión. Los acontecimientos de este mundo, no le importan. Y, ¿alguien se ha preguntado, además, como va a quedar la Iglesia cubana después de todo ésto? Este es otro frente de preocupación.
Por todo ello, hará bien la Unión Europea de mantener y, en la medida de lo posible, reforzar la Posición Común mientras que Fidel Castro ande recuperando parcelas de poder político y de influencia en el régimen. Ahora Moratinos, disfrutando de sus merecidas vacaciones, debe estar pensando qué hacer cuando en septiembre sus socios les enseñen el discurso de Fidel Castro ante la Asamblea. Argumentos nuevos tendrá que buscar si quiere seguir adelante.

viernes, 6 de agosto de 2010

La reaparición de Fidel Castro en la vida política

A nadie se le escapa que el retorno de Fidel Castro a la primera plana de la política está siendo más complicado de lo que cabría esperar.
Tras un alejamiento de cuatro largos años, obligado por graves problemas de salud que algunos preveían lo iban a apartar de forma definitiva, el dictador comunista de Cuba ha vuelto a ocupar espacios crecientes en los medios de comunicación, ha introducido un eje de discurso de tono amenazador, y ha vuelto a esgrimir con su biografía inédita el espacio de tiempo en el que mejor se mueve, la guerra fría de mediados del siglo pasado.
Tal vez por ello, los analistas y observadores han considerado que este regreso de Castro a la política activa no ha sido planificado de forma adecuada, y más que una vuelta propiciada por una mejoría de sus constantes vitales, se ha interpretado como la entrada de un elefante en una cacharrería, introduciendo un nuevo horizonte de incertidumbre e indefinición sobre la agitada y azarosa vida de los cubanos.
Vayamos por partes.
De un papel subsidiario como agitador intelectual al frente de una columna en los medios controlados por el estado, Granma, o los afines a la revolución, Cubadebate, Fidel Castro ha acaparado el discurso político de Cuba, aun cuando sus dificultades de expresión oral le aquejan de una notoria afonía y descoordinación de lo que dice, apartando de los medios el resto de acontecimientos que se cernían sobre el débil y caótico liderazgo de su hermano. No conviene olvidar que Fidel Castro aparece en escena visitando un centro de investigaciones científicas y a un centro de economistas, justo en los días en que los primeros ex presos políticos abandonaban el país a toda prisa y se iban asentando en España. Nadie puede descuidar la coincidencia temporal de ambos acontecimientos.
Segundo, el discurso. Fidel Castro ha enterrado los principales ejes de comunicación de su hermano, como las entregas de tierras, las reformas liberalizadoras, la reducción del empleo estatal, la concesión de licencias, etc, para adentrarse en un asunto de especial complejidad en el que, como siempre, el enemigo es Estados Unidos y su imperio. La eventual guerra nuclear, en la que Castro identifica a Irán, Corea y un sinnúmero de países, le ha permitido infundir temor entre los atónitos ciudadanos cubanos, que siguen sin saber qué es lo que van a comer cada día, para alejarlos nuevamente de los problemas cotidianos. Eso es lo único que Castro ha sabido, sabe y sabrá hacer, arrojar bombas de humo para ocultar la situación real, el drama del modelo económico, político y social que ha impuesto por la fuerza a los cubanos durante más de medio siglo.
Y tercero, por si no fuera bastante, nos anuncia sus memorias inéditas, en las que con pan y mantequilla, artículos escasos en su economía, comienza una historia que ronda la irrealidad, bastantes dosis de surrealismo y en la que las imágenes borrosas se superponen sobre un deseo de aparecer y de ocupar un espacio preeminente en la historia de un pueblo desesperado que ya está harto de tanta mentira y engaño.
La comparecencia de Fidel Castro en la Asamblea Nacional, convocada de urgencia para este acontecimiento, y que se celebra el sábado 7, supone un punto de inflexión en toda esta nueva estrategia del líder para hacer daño, ¿a quién? Y sobre todo, ¿por qué? Opiniones hay para todos los gustos. Yo me reservo la mía: Fidel Castro no quiere que su hermano capitalice en beneficio propio la liberación de los 5 terroristas condenados en EEUU. Algo debe saber. Algo puede estar moviéndose en su entorno, más rápido de lo que el propio Raúl Castro puede pensar.