Acaba de ser publicado un libro de Julián Casanova y Carlos Gil Andrés, titulado Historia de España en el siglo XX, de ediciones Ariel, en el que se relatan episodios de la historia más reciente de España. Mención especial merece el capítulo dedicado a la coronación del Rey Juan Carlos, tras la muerte del dictador Franco, y en qué medida, se impuso la transición a la democracia no sin dificultades.
Los cubanos que soñamos para nuestra patria una evolución similar hacia un régimen de libertades, pluralismo y democracia, deberíamos leer este libro.
Algunos de sus pasajes relevan lo difícil que fue todo, y el elemento de improvisación que el proceso de la transición a la democracia en España, tuvo en algunos momentos.
Un proceso, el español, que ha sido calificado de ejemplar, no siempre fue lineal y continuo. Transcribo literalmente "Lo que entonces empezaba no tenía un curso fijo ni un plan determinado. Había tanta ilusión esperanzada y expectación como ambigüedad e incertidumbre. Todo el mundo, dentro y fuera de España, salvo los nostálgicos del espíritu del 18 de julio, reconocía que se iba a abrir una nueva época histórica, que a corto o medio plazo, el cambio político sería inevitable, pero eran muy pocas las coincidencias en torno a la manera de llevar adelante ese proceso, quiénes serían sus protagonistas y cuál sería su alcance y resultado final".
Cambie usted en ese párrafo 18 de julio, por "26 de julio", y se tendrá un paralelismo notable con la situación actual en Cuba.
España lo hizo. Cuba también lo hará. Eso es lo único que sabemos con seguridad. Que el mal creado por la dictadura comunista desaparecerá para siempre, y se abrirá una patria ancha, en la que caben todos, sin distinción de ideologías, pensamiento y opciones. Justo lo contrario de lo que existe actualmente.
El libro es una buena oportunidad para reflexionar y saber que en España, este proceso de transición democrática costó varios puntos de crecimiento económico, un desempleo masivo y el alejamiento de la media europea en términos de renta y riqueza. Pero el esfuerzo finalmente valió la pena, porque surgió una nación mejor, más moderna, competitiva, libre y eficiente. Los cubanos tenemos mucho que aprender. Ahora es nuestro turno.
sábado, 10 de abril de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario