Los motivos de este Blog

La situación política y social en Cuba a partir del 23 de febrero de 2010 marca un antes y un después.
Un gobierno no pueder dejar que un ciudadano muera por inanición y malos tratos en prisión.
La muerte de Orlando Zapata Tamayo ha dejado al régimen castrista sin justificación alguna para perpetuarse en el poder, ha roto el entramado de cambios en las relaciones internacionales (como la Posición Común) y muestra que los viejos revolucionarios van a morir matando.
Cualquier aportación para conseguir que Cuba no se convierta en un baño de sangre, será fundamental.
Yo apuesto por una transición pacífica a la democracia y la economía libre. A ello dedicaré estas reflexiones.

lunes, 5 de julio de 2010

Moratinos, la situación interna en España y el futuro de la democracia en Cuba

Desde el punto de vista interno español, no se puede comprender la actitud de Moratinos. Su viaje a Cuba para dialogar con el régimen de Raúl Castro para liberar presos políticos, es algo que no guarda relación alguna con el clima interno que se respira en España.
El diagnóstico de la situación actual es muy difícil para el gobierno socialista de Zapatero.
Las encuestas le sitúan a más de 10 puntos sobre el directo rival, el PP, en uno de los momentos más bajos del ciclo político. Después de adoptar un paquete de medidas económicas restrictivas para poner fin a los excesos del gasto público de años anteriores, la opinión pública española ha dado la espalda a Zapatero definitivamente.
Se anuncia una huelga general para el otoño, lo que va a suponer un aumento de la incertidumbre y del deterioro de las ya de por si bajas expectativas empresariales. El desempleo, situado en las próximidades del 20% de la población activa, no da respiro, ni siquiera en los meses veraniegos en los que el turismo y los servicios tiran de la ocupación temporal.
Por si la economía no fuera el origen de malas noticias a diario, el tribunal constitucional ha realizado un dictámen sobre el estatut de Cataluña que pone de manifiesto graves y profundas diferencias entre los socialistas de aquella Comunidad y los del resto de España.
Y todo ello, al finalizar el peor semestre de la Presidencia europea de la Unión, en el que los objetivos planteados por España se han quedado muy deslucidos por los acontecimientos sobrevenidos: la victoria electoral conservadora en Reino Unido.

En ese entorno de grave desconcierto económico, político y social, Moratinos decide ir a Cuba, para unirse a las negociaciones de la Iglesia con el régimen y conseguir, según dice, la liberación de varios disidentes.

Peor no pueden ir las cosas. Imaginemos que Raúl Castro en un acto de dictador benevolente decide otorgar la libertad a algunos de los presos. Nada que objetar. Desde el punto de vista humanitario, tiene mis felicitaciones.

Pero, desde el momento en que el dictador que se niega a realizar cambios democráticos en Cuba coja el timón, ya no lo suelta. Y cabe suponer que Moratinos, y en menor medida la Jerarquía de la Iglesia, le pueden dar a Raúl Castro el poder que, hasta ahora, no ha tenido.

A nadie se le escapa que esos disidentes que sufren persecución, acoso y represión son la voz de la democracia y la libertad en Cuba. Son nuestro referente democrático. Son los iguales que merecen nuestro respeto, frente a la actitud despótica del raulismo castrista, empeñado en mantener un régimen muerto.
Moratinos debe medir muy bien los pasos que está dando. Antes de cuestionar la Posición Común liderada por José María Aznar, y objetar su existencia, debería prestar atención a lo que dicen los disidentes, y descubrir que, para éstos, la Posición Común es una necesidad de reconocimiento, mientras que lo que él pretende hacer, es más que cuestionable.

Lo dicho. Ni desde la perspectiva de la situación interna en España, ni desde lo que piensan los demócratas cubanos, se puede entender lo que quiere hacer Moratinos. Allá el con su conciencia. Cuánto más ayude al raulismo castrista a mantenerse en el poder, mas difícil será la transición a la democracia en Cuba, y peor serán defendidos los intereses económicos españoles en la Isla. Al fin, todavía están pendientes las confiscaciones y robos a los españoles en 1960 por los hermanos Castro, y al parecer Moratinos, por este tipo de cosas, no parece tener interés.

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